Más Cerquita de las Estrellas.

Más cerquita de las estrellas, así me siento cuando te respiro a 2600 metros de altura; más cerquita de las estrellas, cuando me cobijas con ese cordón verde que te rodea, ese cordón umbilical que da vida con sus bosques, su fauna y su flora. En la piel se siente tu frío, ese correr del viento proveniente del altiplano, ese frío que ya lo sentimos nuestro, que aunque nos penetre los huesos lo aprendimos a querer, también aprendimos a querer la lluvia, ese riego divino que nos regalas, por eso eres querida; porque eres la ciudad donde llueven las oportunidades, donde se abren las puertas, donde si te rindes estas muerto, pero donde la batalla da sus frutos dulces.

Eres como el ave fénix, sabes lo que es estar en la cenizas, literalmente en escombros cuando ese abril del 48 no fuiste más que restos y humo, pero te levantaste, resurgiste y ahí estas, como la blanca estrella que alumbra en los Andes, porque en la patria no hay otra ni habrá, ojo, no es regionalismo, solo es amor al lugar que me vio crecer, donde di mis primeros pasos y dónde también quiero dar los últimos.

Como olvidar tus sabores, tus olores, tus lugares, tu acento, podría detenerme a describir todo esto pero una noche no bastaría, son tantas las cosas que me enamoran de ti, que lo único que pido a la vida es que por más vueltas que tenga preparadas para mí, siempre me permita volver a ti, porque es ahí donde quiero estar, cuidándote, disfrutándote y amándote.

Monserrate y Guadalupe te vigilan, como esos guerreros que abrieron tus ojos, a una espada, una cruz y un pendón, desde allá arriba no se logra ver tu inmensidad, porque eres infinita, no tienes fin ya que te llevamos en el corazón y el amor de verdad nunca termina, así te queremos, con una realidad que si bien no es color rosa la queremos y amamos.

Por tus calles se ven rodar desde niños hasta ancianos impulsando sus bicicletas, esas bicis que se ha convertido en ícono tuyo, con las cuales vale la pena soñar que algún día sean más las ciclovías que las autopistas, soñar con el día donde sean más las bicis que los autos y donde se multipliquen los paseos en bicicleta y no los trancones.

Personas de todo el país arriban a la capital día tras día, acá hay techo y comida para todos, esta es la ciudad de todos; tan solo bríndale respeto, amala y cuídala, seguramente hay algo grande para ti aquí en esta sabana, más cerquita de las estrellas.

Te nombraron capital mundial del libro, y como no si la rompes cada año con esa feria, tus festivales de música al parque te hacen única, lo colonial de La Candelaria enamora al que llega, los murales artísticos, la changua, el ajiaco, tu riqueza cultural te hace atractiva, como dice mi abuela, para los gustos los colores, acá hay de todo y para todos.

Esto lo empecé a escribir a 6000 kilómetros porque te extrañaba; ahora que estoy aquí quiero tratar de dar un cierre a este pequeño homenaje porque sé que no podría terminar de describirte en horas, para mí eres única, mágica, si bien reconozco que no eres perfecta y nunca lo serás y que tienes mil problemas, acá estamos todos los que te amamos para no dejarte sola y dar esa manita que tanto necesitas para que seas aún mejor. Somos más los que queremos verte crecer cada día, para que seas ese paraíso a 2600 metros de altura, más cerquita de las estrellas.